jueves, 17 de julio de 2014

¡Pum!

Gracias a la existencia de caídas, decepciones, baches en el camino, aprendes, dicen. Solo el dolor que las acompaña te enseña. Pero, la interrogante es, ¿que enseña? Enseña la magnitud del sufrimiento, la felicidad es intocable para nosotros, lo vil que las personas son, aparentemente lucen como ventajas a excepción de que no existe felicidad alguna. Ilusos sois quienes decidís acercaros a hacer compañía al dolor por el placer de su sabiduría por primera vez. No habéis conocido previamente la oscuridad. Lamentablemente una vez entraste en ella, nunca sales del todo. Únicamente podemos alojarla aun lado aquellos quienes nos hemos enfrentado cara a cara al dolor y hemos sobrevivido. Por ello, me pregunto ¿por que? ¿soy la única que no puedes dejar a un lado? ¿Es debido a la diana que ahora se encuentra en mi cabeza? Todo se echa sobre mí. Mi gente de lengua viperina. En cambio, el dolor esta dejando la mano sobre mí, pero conlleva no sentir, apagar las emociones es sencillo, pero acarrea ser otra persona. Que deplorablemente he decidido ser.
 



                                         pum

martes, 11 de marzo de 2014

Castle of glass.

Silencio. Alojado en mi mente. No hay ni un resquicio a la emociones sin palabras. ¿Cómo sentir sin palabras? ¿Cómo expresar sin sentir? Las palabras giran a mi alrededor, gritan, susurran, sufren, pero no puedo alcanzarlas. Se hallan muy lejos de mi. Efímeras ejercen presión en mí. Quiero gritar privada de voz. Quiero llorar privada de lágrimas. ¿Cómo recuperar de lo que he sido despojada? Solo el detonante alberga el caos. La capacidad de la transición de sumisión a hiper sensibilidad. Cuando eres disparado no lo sientes tras varios segundos, me encuentro en esos segundos transformados en días. Solo dos palabras me incitan a pronunciarlas; Amor y muerte. Ubicándome en discrepancia, ¿cuál he de elegir implicando todas las emociones y el don de las palabras que vendrán con ellas?


lunes, 17 de febrero de 2014

Nuestro mar.

Nuestro amor es como un mar, siendo nosotros el barco que navega en él. Nuestro tiempo es efímero, por ello he decidido anclar nuestro barco al mar. Veo la orilla, observo la orilla, pero no me quiero acercar. No quiero tocar su arena y verte marchar. Ansiaría ver nuestro barco anclado en cualquier orilla, menos de la primera en la que partimos. No deseo ser velero encallado, o náufrago vagando en la orilla de la isla negra, dado que es aquella de donde nos fugamos varios meses atrás. Hablando de deseos, desearía navegar a mil nudos sin encallar por las olas de tu cuerpo. Permanecer a la deriva en tus labios durante meses. Incitar a la tormentas a caer en nuestro mar, para que nadie sea participe ni observe, estando a nudos de distancia. No quiero tripulantes, no quiero a nadie opinando. Debido a que serán convertidos en náufragos. No quiero ser despojada de ti. No lo permitiré nunca. No se halla dentro de mis deseos. Seré egoísta, lamento serlo, pero, eres solo para mí.

jueves, 2 de enero de 2014

¿Mi pasión o mi nueva aversión?

Pertenecéis ahora al olvido debido que la magia de la inspiración me ha dejado. Mi pasión por escribir ha sido en estos meses sucumbida a otra mente menos la mía. Mis manos ya no se halla ávidas en busca de saciar al papel con mis letras afligidas. ¿El enigma es ubicado a mi falta de desdicha? Son robadas de mi mente las palabras debido a mi felicidad, creo encontrar sentido en mi falta de inspiración por ello. No he conocido más que desolación en toda mi vida, chocarme de bruces con la felicidad es ir demasiado rápido.  Me he despojado de  la escritura siendo ella mi mayor pasión y cobijo. Me encuentro en una frustración inmensa, mis deseos no son abandonar la escritura. Quiero volver a ella, aun teniendo que cruzar el precio que exista. No renuncies a mí.