martes, 8 de noviembre de 2011

La ironía de tus palabras, de tus gestos...

Es irónico. ¿Hubo un hueco para mi en tu ajado corazón? No... ¿Creer a tus dulces labios recitar palabras ahora? No. Palabras viles y odiosas nacerían en la punta de tu lengua. Mis oídos las percibirían en milésimas, y, justo ahí, lágrimas halladas resbalando por el costado de mi nariz. Formando un pequeño río por el este de mis mejillas. Y aun nublados puedo divisar en tus ojos miedo. Incluso desprecio, no obstante, amor queda muy lejos del esquema de tus ojos. Porque en respecto a ti, no hay más miedo sincero. Al igual sé qué también podría quererte más qué a nadie. Pero no fui dejada atisbar sobre ti. Ni quererte a todas horas, en cualquier alcoba. ¿Era antojo tuyo nuevo? ¿Una presa nueva para tus juegos? Ahora lo creo.

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